El BCE activará el botón de pausa en la reunión que celebra hoy su Consejo de Gobierno. Es la expectativa generalizada de los inversores y el mensaje que se trasluce de la propia institución, a la vista de cómo se ha estabilizado el mercado financiero y de que los indicadores económicos que se han ido conociendo tras la pasada reunión de junio están siendo algo mejores de lo previsto.
Sin bajar la guardia, el propio vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, señaló la semana pasada que “ahora la situación es mejor”. Y el menor ritmo de las compras semanales de deuda del BCE da también una clara señal de la falta de urgencia para tomar nuevas medidas. Las compras del programa antipandemia descendieron de hecho la semana pasada a poco más de 17.500 millones de euros, la cuantía semanal más baja desde que se activó el plan a finales de marzo.
Es momento por tanto de dejar reposar las medidas tomadas hasta ahora, especialmente después de que en junio el BCE ya echara el resto al anunciar un aumento del plan extraordinario de compras de deuda (PEPP) por 600.000 millones de euros, más de lo esperado y situándose así un paso por delante del mercado. “A la vista de los pasos decisivos dados en la reunión de junio, no esperamos ningún cambio en la política monetaria en la reunión de julio”, señalan desde Goldman Sachs, donde sí prevén que el BCE adopte un tono ligeramente más optimista sobre las perspectivas económicas. “Los indicadores recientes de crecimiento han sido mejores de lo esperado y las previsiones de junio no incluían las últimas medidas fiscales ni monetarias”, añaden en Goldman Sachs.
Desde Nomura señalan que “ahora es el momento de pasar desde la acción a la vigilancia de la recuperación económica y de los mercados financieros para ver qué efectos están teniendo las medidas en las perspectivas económicas”. Y añade que el menor ritmo de compras de deuda observado ya en la primera semana de julio, y acentuado en la pasada, “pueden sugerir que el BCE está más cómodo con el comportamiento de los mercados financieros y del proceso de la recuperación”.
En Pimco también señalan que el BCE “está en piloto automático”, según su gestor senior de carteras Konstantin Veit, que no espera ningún cambio en política monetaria de la reunión de mañana, pero sí avisa de que “el entorno sigue caracterizándose por una gran incertidumbre sobre las perspectivas económicas y falta de claridad sobre si los políticos responderán a la crisis con suficiente claridad”.
Más que en el BCE, la atención está puesta en la cumbre de la UE del día siguiente y de la que se aguarda el diseño definitivo del fondo de reconstrucción europeo. La incertidumbre es tal que también hay quienes ya prevén un nuevo aumento del plan de compras antipandemia en septiembre o diciembre. La compra de deuda high yield –que sí practica la Fed– es otra de las balas que todavía guarda el BCE en la recámara por si la situación se complica.
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