El número de compañías que cotizan es un 8,6% menor que hace un año a pesar de que en mayo y junio el registro ha recuperado 41.121 sociedades
El último día de junio había 1,4 millones de empresas con cuenta de cotización en la Seguridad Social. Se trata de una cuenta, similar al número de afiliación de los trabajadores, que debe tener toda sociedad para poder contratar a un trabajador y pagar, a través de ella, las cotizaciones sociales de sus empleados.
Es, por tanto, un indicador de la marcha de la actividad empresarial, ya que la desaparición de estas cuentas obedece, por lo general, al cierre de la empresa, por lo que su evolución también incide sobre los ingresos de la Seguridad Social.
Según los últimos datos oficiales correspondientes al primer semestre del año, durante los primeros dos meses de la pandemia (marzo y abril), un total de 133.757 empresas dejaron de cotizar a la Seguridad Social.
Si bien, a medida que fueron avanzando las fases del desescalamiento por distintas partes de España, en mayo y junio, la actividad empresarial comenzó a reactivarse y en ambos meses la Tesorería de la Seguridad Social recuperó 42.121 empresas cotizantes.
Esto significa que, en términos netos, el sistema ha perdido 91.634 compañías respecto a las que tenía en febrero, antes del inicio de la crisis sanitaria mundial derivada de la pandemia ocasionada por el Covid-19.
Pero el golpe asestado por la pandemia a la actividad empresarial solo ha empeorado una racha de destrucción de sociedades en el registro de la Seguridad Social. Según los datos de junio, en los últimos doce meses ya se habían notificado 132.093 empresas con cuenta de cotización menos en ese periodo. De hecho, en el último año se han destruido empresas en este registro en todos los meses salvo en los citados mayo y junio, en febrero pasado y en noviembre de 2019. Esto supone una caída del 8,6% interanual, según los datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
Otra de las cuestiones que refleja este registro es cómo evoluciona el tamaño de las empresas. Precisamente, uno de los puntos débiles de la economía española es el pequeño tamaño de sus compañías, y los datos en lo que va de año no dan buenas noticias respecto a la tarea de aumentar dicho tamaño.
Si se atiende al número de trabajadores de las empresas con cuenta de cotización, se observa que disminuye el número de todas las categorías de empresas. En junio había casi 80.000 firmas cotizando menos que en enero, lo que representó una caída del 5,4%. Pero el recorte fue casi el doble en las empresas de un solo trabajador (9,5%).
La disminución fue superior al 4% entre las empresas de 51 a 100 trabajadores y entre las de 101 y 500. Mientras que donde menor ha sido la caída es entre las de más de 500 empleados, que han experimentado un recorte del 2,6%.
En las medianas y grandes estas caídas no significan que desaparezcan las empresas, sino que pierden trabajadores y bajan a la categoría siguiente, con menos empleados.
Por tanto, la estadística muestra que esto está ocurriendo y que la destrucción de empleo está adelgazando el tamaño de las empresas, lo que es contrario a los objetivos de lograr mayores compañías como herramienta para de mejorar la productividad de la economía.
Por el contrario, en el caso de las micropymes, sobre todo en las que tienen hasta 5 trabajadores, sí es más probable que su caída en la estadística de la Seguridad Social obedezca en muchos casos al cierre de la empresa.
Sobre este asunto ha llamado la atención el presidente de la asociación de autónomos ATA, Lorenzo Amor, quien, con los últimos datos de afiliación en la mano, se ha quejado de la pérdida en el último año de 94.012 empleos de trabajadores contratados por autónomos.
E, igualmente, el registro contabilizaba en junio pasado un total 36.181 trabajadores por cuenta propia con asalariados a su cargo menos que en el mismo mes del año anterior. Esto representa una caída del 8,1% interanual.
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