El porcentaje de los residentes en España con un puesto de trabajo es del 68%, frente al 72% de los españoles que trabajan en otros países comunitarios.
Los españoles que viven en otros países de la Unión Europea tienen una tasa de empleo mayor que la de los que residen en España. Concretamente, de todos los residentes en el país de entre 20 y 64 años, un 68% tenía un empleo a finales de 2019, mientras este porcentaje se eleva al 72,3% en el caso de aquellos españoles que viven en otros países comunitarios.
Esta circunstancia, indica que la migración española hacia otros países europeos es eminentemente laboral, ya que en países con mercados laborales más dinámicos los españoles tienen una mayor tasa de empleo. Así lo indican los datos recabados por la oficina de estadística europea (Eurostat) que mide qué cantidad de nacionales de cada Estado miembro trabajan en otro país de la Unión Europea.
A primera vista, esta comparativa refleja qué tipo de emigración existe dentro de los distintos países de la UE. Así, los Estados podrían dividirse entre los que cuentan con una tasa de empleo superior entre sus nacionales que viven fuera –como es el caso de España– y aquellos con tasas de empleo superiores entre los ciudadanos residentes en su país que los que han emigrado a otro Estado comunitario.
Esta última circunstancia es la que se vive, entre otros, en países como Suiza (con una tasa de empleo nacional del 82,9% y para sus nacionales residentes en la UE, del 73%); Noruega (cuya tasa de empleo es del 79,9% y la de sus ciudadanos en Europa, del 72%); o Alemania, con un porcentaje nacional de empleo del 80,6% y del 77,4% para los nacidos en Alemania que residen en otros países europeos.
En estos países, la tasa de empleo doméstica es mayor, generalmente por dos razones: su baja tasa de paro y, también, porque muchos de sus ciudadanos que abandonan el país para residir en la UE lo hacen por otros motivos distintos al laboral (estar jubilados, o estudiar). Por ello, esta comparativa refleja el tipo de emigración interna de la Unión Europea.
España, por el contrario, está entre los países que, a tenor de esta diferencia, más inmigración laboral tiene, algo que también tiene su origen en su elevada tasa de desempleo, que es la segunda mayor de la UE después de Grecia (14,1% y 17,3% al cierre de 2019, respectivamente).
Entre los países con mayor emigración laboral según la comparativa de este indicador están Grecia e Italia. Los primeros cuentan con una tasa de empleo nacional del 61,2% frente a un 77% de los griegos que residen en otros países europeos, 16 puntos de diferencia, siendo la mayor de la Unión Europea. En el caso italiano la diferencia entre ambas tasas es de doce puntos (63,3% para sus ciudadanos y 75,3% para los que residen en otros Estados miembros).
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