modificándolo para que finalice a las 05:00 o a las 07:00 horas). La circulación nocturna estará permitida bajo las causas especificadas en la norma (es decir, se podrá salir del domicilio para comprar medicamentos, ir o volver del trabajo, cuidar a mayores o menores, etc.).
Por otra parte, las CCAA, según ha dicho Sánchez, podrán confinar la totalidad o parte de su territorio, decisión que deberá tomarse con «sentido común» para que se permitan actividades como la de acudir al médico o al centro educativo. De la misma forma, se las avala para que puedan limitar a un máximo de 6 personas (siempre y cuando no sean convivientes) las reuniones en espacios públicos o privados, como ya viene ocurriendo en la mayor parte de ellas.
El estado de alarma había sido pedido en las últimas horas por País Vasco, Cataluña, Cantabria, así como la mayoría de gobiernos regionales del PSOE. Por el contrario, ninguna de las autonomías gobernadas por el PP lo han solicitado. Sánchez aseguró que, «desde el punto de vista epidemiológico, las razones para su aprobación están plenamente justificadas». En su comparecencia, expuso que se trata de la «herramienta más eficaz para frenar la curva de contagios y volver a mantener a raya al virus». En los últimos 14 días nuestro país ha registrado una incidencia acumulada de casi 362 casos por cada 100.000 habitantes. El objetivo del Gobierno es bajarla por debajo de los 25 casos por cada 100.000 habitantes.
En cuanto a la duración de esta figura jurídica, el mandatario explicó que su intención es que dure seis meses, en concreto hasta el 9 de mayo de 2021. Ha asegurado que este es el periodo aconsejado por los expertos sanitarios para superar la parte «más dañina» de la enfermedad. No obstante, comentó que, si la situación lo permite, el Ejecutivo levantará el estado de alarma «sin demora».
Ha precisado que el próximo martes el Consejo aprobará su prórroga con la finalidad de que esta misma semana la vote el Congreso, algo para lo que Sánchez ha pedido un «abrumador respaldo». Para ello, ya ha hablado con el presidente del PP, Pablo Casado, con la finalidad de conseguir el apoyo de la formación a esta medida, aunque no ha desvelado cuál ha sido la postura que le ha expresado el líder del principal partido de la oposición. «Entiendo que es una cuestión de Estado y los partidos que se consideran de Estado deberían apoyar esta medida tan extraordinaria», ha remachado.
Sánchez ha considerado que el control de la pandemia es posible preservando la economía y sin recurrir a medidas extremas como el confinamiento domiciliario que se vivió en la primera fase. No obstante, ha apelado a desplegar un «enorme ejercicio» de disciplina y ha pedido a los ciudadanos que limiten lo máximo posible los movimientos y permanezcan en casa el mayor tiempo posible.
También ha dicho comprender el «cansancio» que pueden sentir los españoles con las nuevas medidas. «Empatizo con los jóvenes que quieren vivir, pero es imprescindible que reduzcamos al máximo las relaciones sociales», ha reiterado, al tiempo que ha dejado claro que eso no hace falta que lo diga ninguna ley. Asimismo, ha rechazado llamar «toque de queda» a la nueva «restricción de la movilidad nocturna» por sus connotaciones predemocráticas.
El primer estado de alarma que aprobó el Ejecutivo de Sánchez fue el del 14 de marzo. Entonces se decretó a nivel nacional, por 15 días, y permitiendo «únicamente» la movilidad para limitadas actividades relacionadas con servicios esenciales. Estas restricciones se fueron suavizando en las seis sucesivas prórrogas que solicitó el Ejecutivo al Congreso y que terminaron con este instrumento constitucional el 21 de junio. Después, el pasado 9 de octubre, el Consejo de Ministros, reunido de manera extraordinaria y bajo la presidencia de Carmen Calvo, aprobó un estado de alarma determinado para la Comunidad de Madrid con el fin de otorgar a este gobierno regional del marco legal para limitar la movilidad entre varias localidades y frenar la propagación del Covid.
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