Las discusiones entre la Comisión Europea y los Estados miembros para terminar de preparar los planes de recuperación, con los que acceder al fondo de 800.000 millones de euros, han entrado en una «fase crítica», dijo este jueves el vicepresidente de la Comisión al cargo de Economía, Valdis Dombrovskis. El Gobierno tiene pensado enviar su plan de inversiones y reformas este mes. Pero antes debe terminar de pulir con Bruselas la reforma laboral y de las pensiones, y cerrar un acuerdo que no espante a sus socios de Unidas Podemos y sea aceptado por los agentes sociales.
Con un desempleo que no para de crecer a causa de la pandemia, y el temor a que se dispare cuando se retiren los ERTE, Dombrovskis recordó este jueves que «la reforma laboral es obviamente uno de los temas que discutimos con las autoridades españolas». Preguntado por las medidas para atajar la elevada temporalidad presente en el mercado laboral español, el letón no quiso detallar qué propuestas están discutiendo con el Gobierno. Pero indicó que «las recomendaciones específicas dirigidas a España han señalado el problema de la elevada tasa de contratos temporales, así que estamos discutiendo cómo afrontar esta cuestión».
Bruselas pidió a nuestro país en 2019 que facilite la transición hacia los contratos indefinidos, por ejemplo, simplificando los incentivos a la contratación. Dombrovskis además volvió a recordar que los Estados miembros tienen que ir pasando «gradualmente» de las medidas de emergencia, como los ERTE, a otras que respalden políticas activas de empleo. Para ayudar en esta transición, la Comisión presentó este jueves el Apoyo Activo Efectivo al Empleo (EASE, por sus siglas en inglés) para respaldar la creación de puestos de trabajo y la transición desde sectores dañados por la pandemia a otros pujantes, especialmente en el campo digital o ‘verde’. Utilizará los recursos del Fondo de Recuperación y del Fondo Social Europeo.
El nuevo instrumento forma parte del Plan de Acción del Pilar Europeo de Derechos Sociales que también presentó este jueves en Bruselas. Se trata de una serie de medidas que irá presentando la Comisión los próximos años para hacer realidad los 20 principios de la Agenda Social europea lanzada en 2017. Para canalizar el esfuerzo necesario, nacional y europeo, público y privado, el Ejecutivo comunitario también presentó tres nuevas grandes metas para esta década. Se trata de conseguir que al menos el 78% de aquellos en edad laboral tengan empleo para 2030, que al menos el 60% de los adultos participe en un curso de formación cada año, y sacar a 15 millones de europeos del riesgo de pobreza o de exclusión social.
Europa no logró alcanzar sus metas de empleo y pobreza incluidas en la agenda Europa 2020. El comisario de Empleo, Nicolas Schmit, dijo que los nuevos objetivos son «ambiciosos» pero «realistas», y que esta vez se cuenta con los recursos (como el fondo de recuperación) y nuevas políticas para lograrlos.
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