La economía de Estados Unidos se está recuperando a buen ritmo, pero la Reserva Federal no cambia por ahora su guion. La Fed cumplió ayer con las estimaciones y mantuvo sin cambios las tasas de interés, que permanecen en la horquilla del 0-0,25% desde marzo de 2020, cuando la crisis desatada por el Gran Confinamiento llevó a los bancos centrales a convertirse en el salvavidas de los mercados, un papel que llevan jugando desde hace 12 años.
A diferencia del BCE, que se comprometió a elevar el ritmo de las compras de deuda para frenar el reciente repunte de las rentabilidades de la deuda, la institución que preside Jerome Powell acordó mantener sin cambios su programa de compras de activos. Es decir, seguirá adquiriendo 120.000 millones de dólares al mes en títulos del Tesoro (80.000 millones) y valores respaldados por hipotecas (40.000 millones) hasta que se “logren avances sustanciales” hacia los objetivos de máximo empleo e inflación. En la rueda de prensa posterior a la publicación del comunicado el responsable de la política monetaria afirmó que avisarán con antelación cuando la institución decida rebajar las compras de activos.
La reunión de la Fed se produce en un contexto marcado por el repunte de las rentabilidades ante las crecientes expectativas inflación. Pero la sacudida que vive el mercado de deuda pública parece no ser suficiente para que la institución modifique sus proyecciones en lo que a tipos de interés respecta. Los miembros de la Fed prevén que las tasas permanezcan en los niveles actuales hasta finales de 2023, aunque el peso de la opinión cambió. Siete de los 18 funcionarios esperan aumentar el precio del dinero en 2023, frente a los cinco de diciembre.
La cita de este mes se produce en un contexto marcado por el repunte de las rentabilidades ante las crecientes expectativas inflación. Pero la sacudida que vive el mercado de deuda pública parece no ser suficiente para que la institución modifique sus proyecciones en lo que a tipos de interés respecta. Los miembros de la Fed prevén que las tasas permanezcan en los niveles actuales hasta 2023, aunque el peso de la opinión cambió. Siete de los 18 funcionarios esperan aumentar el precio del dinero en 2023, frente a los cinco de diciembre. Más agresivos son los cuatro que votaron a favor de elevar los tipos en 2022.
Como esperaba el consenso del mercado las mayores novedades vinieron de la mano de las estimaciones de crecimiento. El avance en el proceso de inmunización, que en EE UU a diferencia de lo que acontece en Europa está cogiendo un fuerte impulso, y el nuevo paquete de estímulos de 1,9 billones de dólares que ha aprobado por el ejecutivo de Joe Biden se convierten en los catalizadores de la recuperación. Los miembros de la Fed prevén que el PIB aumente este año un 6.5% frente a la subida del 4,2% que pronosticaban en diciembre. Para 2022 esperan que la economía crezca un 3,3%, una décima más que hace tres meses mientras que rebajan en dos décimas las previsiones de 2023, hasta el 2,2%. A pesar de esta notable mejoría el comité reiteró en su comunicado que la evolución de la economía dependerá en gran medida de la evolución del virus, incluidos los avances en la vacunación. «La actual crisis de salud pública sigue pesando sobre la actividad económica, el empleo y la inflación, y plantea considerables riesgos para las perspectivas económicas», afirma.
La mejora de la economía y el levantamiento de las restricciones servirán de impulso para la recuperación del empleo. La Fed estima que al cierre del año la tasa de paro se sitúe en el 4,5%, cinco décimas menos que en diciembre. La reducción se prolongará en 2022, cuando el desempleo bajará al 3,9% y en 2023, que se situará en el 3,5%.
La inflación uno de los mandatos de la institución también mejorará. Las proyecciones apuntan a que en 2021 los precios repunte al 2,4% frente al 1,8% que preveían a cierre de 2020. La moderación llegará en los siguientes años cuando se situará en el 2% y 2,1%, cumpliéndose así con el objetivo flexible del 2% y sin que tasas por encima de ese umbral se traduzcan un al alza de los tipos, un movimiento que podría comprometer la incipiente recuperación.
La reacción de los inversores no se hizo esperar. Las decisiones adoptadas por la Fed sirvieron de revulsivo a las Bolsas. Wall Street que durante gran parte de la sesión cotizaba con signo mixto, se decantó decididamente por las compras con el Dow Jones (0,58%) y el S&P 500 (0,3%) marcando nuevos máximos. Los mensajes lanzados por Powell ayudaron a moderar los ascensos de la deuda. El bono de EE UU bajó del 1,68% que marcó en niveles intradía al 1,65%.
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