El 7 de abril arranca la campaña de la Declaración de la Renta 2021, en la que cerca de 20 millones de contribuyentes tienen que declarar los ingresos correspondientes al ejercicio 2020. Tienen hasta el 30 de junio para rendir cuentas con el fisco. Al igual que la práctica totalidad de los aspectos de la vida, también la declaración de la renta está marcada por el efecto del coronavirus.
El uso masivo de los expedientes de temporal de regulación de empleo, ERTEs, durante los meses de restricción de la actividad hizo que 3,6 millones de trabajadores cobraran en el algún momento la prestación complementaria del SEPE, circunstancia que puede alterar la propia obligación de declarar, las retenciones practicadas y la propia tributación. Los afectados por ERTE a quienes la declaración salga a pagar tendrán, eso sí, más margen del habitual para cumplir con el fisco.
El teletrabajo, la tributación de los autónomos o cómo computar ingresos derivados del alquiler son otros aspectos ligados a la pandemia con impacto fiscal. Circunstancias puede complicar un trámite que se ha simplificado con los años, hasta el punto de que declaración se puede completar con la pantalla del teléfono móvil con la misma facilidad con la que se envía un mensaje de texto.
En ausencia de pandemia, este año la Renta trae pocas novedades, siendo quizá la más relevante que hasta el arranque de la campaña el contribuyente no puede consultar, como en otros ejercicios, un simulador de la declaración. Sí es posible consultar por anticipado los datos fiscales, pero no si sale a pagar o a devolver.
El 90% de los declarantes presenta la declaración vía telemática, utilizando el sistema RentaWeb. Éste sirve tanto para confirmar el borrador como para añadir los datos fiscales que no estén en poder de Hacienda, y que son obligatorios: un borrador inexacto confirmado es responsabilidad del usuario. Para identificarse ante el fisco se precisa DNI electrónico, el certificado electrónico, la Cl@ve PIN o número de referencia, obtenido a partir de la declaración de 2019.
Los fiscalistas aconsejan, así, prestar especial cuidado este año a la hora de cumplir con Hacienda. Y, aunque normalmente la mayoría de las declaraciones salen a devolver y relativamente ajustadas a las cantidades retenidas durante el año, esta campaña las alteraciones laborales y económicas se van a trasladar a buena parte de los sufridos pagadores de impuestos
No todo el mundo tiene por qué presentar declaración. La mayoría de trabajadores está obligado a presentar declaración de la renta siempre que ingrese más de 22.000 euros de su pagador principal, o cuando ingrese más de 14.000 teniendo más de un pagador, incluido el SEPE, que abona las prestaciones en caso de ERTE. Los que no estén obligados pueden consultar si les compensa presentarla, en caso de que hayan recibido retenciones o tengan derecho a alguna deducción familiar.
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