En esta nueva campaña de la renta, que arrancó el miércoles y está marcada por la oleada de ERTE del 2020, la Agencia Tributaria calcula que las declaraciones a ingresar se van a elevar un 5,7%. Precisamente, la ausencia de retenciones en las prestaciones abonadas por el SEPE a los casi cuatro millones de asalariados con el empleo suspendido por la covid explica que la cantidad a pagar a Hacienda en las declaraciones positivas aumente en un 2%, unos 250 millones de euros, al pasar de 12.726 millones de euros a 12.976 millones.
En paralelo, la Agencia Tributaria estima que el número de autoliquidaciones a devolver –prácticamente dos tercios del total– se reducirá un 1%, mientras que la cantidad que el fisco retornará a los contribuyentes baja hasta los 10,85 millones de euros, un 3% menos que el año pasado. La campaña de la Renta del ejercicio 2020 tendrá como grandes protagonistas a los afectados por expedientes de regulación temporal del empleo (ERTE), muchos de los cuáles se verán obligados a presentar declaración del IRPF pese a sus bajos ingresos por haber tenido un segundo pagador, el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Pero este no será el único colectivo en dicha situación. En total, en España hubo 4,34 millones de contribuyentes con un segundo pagador público en 2020.
En concreto, según los datos recopilados por los técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), hubo 4.340.312 contribuyentes. El grupo incluye 261.494 trabajadores que pasaron a cobrar una pensión de jubilación; a 37.261 que accedieron a pensiones de clases pasivas; y 4.041.557 que percibieron prestaciones contributivas de desempleo. En este último grupo se encontrarían los 3,5 millones de afectados por ERTE, así como algo más de medio millón de nuevos parados.
Contar con un segundo pagador, en todo caso, no supone pagar más impuestos ni, necesariamente, tener que presentar declaración de la Renta. El umbral general que marca esta obligación es superar unos ingresos de 22.000 euros anuales. La cifra, sin embargo, se rebaja a los 14.000 euros al año si el segundo, o terceros pagadores, aportan al menos 1.500 euros. Esta circunstancia obligará a hacer la declaración a 327.000 afectados por ERTE que, si solo fuera por sus ingresos, no tendrían que hacerla, estima la Agencia Tributaria.
En esos casos, Hacienda exige la declaración para ajustar cuentas porque el empleado que cobra solo de su empresa ve sujeta su nómina a retenciones mensuales, pero estas son inferiores cuando hay más de un pagador porque cada uno aplica solo el porcentaje que corresponde a la parte que abona o incluso no retiene nada, como ocurre de serie con el SEPE.
Así, un trabajador que percibe 21.000 euros de su empresa sufre retenciones por 2.578 euros, pero el que cobra 16.000 de su empresa y 5.000 del SEPE solo ve retenidos 859,2 euros por parte de su compañía mientras que con la declaración acaba alcanzando el pago de 2.504 euros. Eso en general, si bien los tipos autonómicos le harán pagar más si declara en Aragón, Baleares, Asturias, Navarra, Extremadura o Murcia (y en Cataluña, pero ha tomado medidas para evitar esta penalización). Dada la situación, Gestha insta a Hacienda a facilitar a todo el colectivo, y no solo a los afectados por ERTE, la posibilidad de fraccionar en seis meses el pago de la deuda a pagar.
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