Aproximadamente 193.000 -el 41%- de los 470.000 autónomos que están percibiendo el cese de actividad en este momento se darán de baja cuando finalice la prestación, según datos publicados en el XI barómetro de ATA. Lorenzo Amor, presidente de la entidad, lamentó en la presentación del informe que el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos «no presenta unas cifras completamente reales», dado que un gran porcentaje de estas personas únicamente continúa dada de alta para recibir una ayuda que «se agarran al cese de actividad como si fuera una prestación de paro».
Así, considera que cuando el RETA habla de cotizantes, presenta «unas cifras infladas en 150.000 autónomos». Según las entrevistas realizadas para su barómetro, si se eximiera la necesidad de cotizar para cobrar la ayuda, estas personas se darían de baja. Un 14,9% de los autónomos afirma que está cobrando actualmente el cese de actividad. Si se prorrogase la prestación más allá del 31 de mayo, el 21,2% prevé solicitar acogerse a esta prórroga.
Por otro lado, el 9,5% de los encuestados cree que deberá abandonar su negocio en los próximos meses, lo que equivaldría a unos 300.000 cierres. La cara positiva la aporta el 40,6% que no se plantea el cierre y, en menor medida, el 47,4% que tiene dudas al respecto, pero que continuaría con su actividad aun en el caso de no poder hacerlo con su negocio. A esto se añaden los procesos de ERTE, que también ‘inflan’ la cifra. «Creemos que va a haber todavía destrucción de empleo», advierte Amor. Actualmente hay unas 750.000 personas en proceso de ERTE y «muchas de ellas no se van a reincorporar».
De aquellos autónomos que tienen ERTE, unos 200.000 (un 14,4%) no han incorporado a los trabajadores y creen que no podrán hacerlo y deberán reducir su plantilla en algún momento de 2021. La mayoría, adelantó Amor, no tiene liquidez para afrontar despidos. Por contra, un 56% sí cree que mantendrá a todos sus empleados y un 1,9% incluso apunta que piensa aumentar la plantilla. Desde ATA apuntan que la fórmula del cese de actividad debería ser una ayuda durante cuatro meses que no dependa de estar dado de alta en la Seguridad Social. «Luego habrá que ver quién puede reemprender y quién no», explica Amor. «No podemos pagar con dinero público unas cotizaciones de alguien que no va a mantenerse».
«No parece lógico» que, con esos datos, «sigamos pagándole la cotización a la Seguridad Social», arguye Amor. Y, en cualquier caso, deberían prorrogarse «hasta el 31 de diciembre». Algo parecido ocurre con los ERTE, pues Amor cree que se debería aclarar «cuanto antes» la situación de aquellas personas acogidas a esta medida cuyas empresas no van a retomar la actividad. Parafraseando al presidente de la CEOE, argumentó que «muchas veces es mejor reducir tripulación para salvar el barco» y buscar «soluciones realistas». «Es mejor mantener una empresa con ocho trabajadores que una empresa zombi con diez trabajadores».
La encuesta realizada a los autónomos también valoró las ayudas recientemente anunciadas: el 78,3% considera que el paquete de 7.000 millones de euros es insuficiente, si bien el dado 48,2%, reconoce que las va a solicitar cuando se abra el plazo. De quienes no la solicitarán, el 36,1%, no lo hará únicamente porque su actividad no aparece en el listado. En este sentido, el 80,9% considera que deberían haberse establecido para todos los sectores y en función de su caída de la facturación.
Los autónomos calculan que la pandemia ha supuesto unas pérdidas acumuladas en facturación de 75.000 millones de euros desde marzo de 2020. El 30,7% -aproximadamente un millón de personas- asegura que sus pérdidas son superiores a los 30.000 euros, mientras que el 60,6% del total -casi dos millones de autónomos- ha experimentado una caída de la facturación de 15.000 euros.
Powered by WPeMatico