Tercera emisión sindicada de 2021. Dos meses después de que el Tesoro colocara 5.000 millones en un bono a 50 años, el organismo que dirige Carlos San Basilio acudió ayer al mercado con una operación sindicada a 15 años con la que captó 6.000 millones de euros. Los bonos devengarán un cupón anual del 0,85% y su rentabilidad se sitúa en el 0,887%, 98 puntos básicos por debajo de la referencia actual emitida en 2019 (1,86%).
El apetito de los inversores por el papel español fue evidente desde la apertura de libros. En los primeros minutos la demanda superó 49.000 millones, importe que aumentó hasta los 64.000 millones a media sesión. Este interés sirvió de aliciente al Tesoro para rebajar el precio. La operación partía con un diferencial de 18 puntos básicos sobre la referencia española a 15 años y tras una primera revisión se redujo en dos puntos, hasta los 16. Con este recorte la demanda cayó ligeramente hasta los 62.000 millones. El organismo dependiente del Ministerio de Economía optó por seguir reduciendo el diferencial hasta los 15 puntos básicos a los que se cerró la operación.
La rebaja del precio que está dispuesto a pagar España a los inversores tuvo su reflejo en la demanda. A menor rentabilidad, el apetito de los compradores decae. Aun así, la operación se cerró con órdenes de compra sólidas y que cubrían con creces la oferta. Al cierre de la emisión la demanda rondaba los 41.000 millones y casi el 90% corresponde a inversores no residentes, en lo que consideran una muestra de la confianza de los inversores internacionales en la evolución de la economía española.
Por nacionalidades, sobresalen los inversores de Reino Unido e Irlanda con el 35,7%, seguido por Francia e Italia (19,1%), Alemania, Suiza y Austria (16,5%). Los inversores asiáticos, que se caracterizan por invertir en activos de elevada calidad, han dispuesto de una cuota del 0,3%. Barclays, BNP Paribas, Morgan Stanley, Nomura, Santander y Société Générale conforman el grupo de bancos contratados para llevar a cabo la emisión, la primera de este tipo en dos años. Hace dos años, el Tesoro adjudicó 5.000 millones en un bono sindicado a 15 años al 1,86%. La demanda en aquella ocasión superó 43.400 millones, la mayor de la historia a ese plazo.
Este año está siendo especialmente intenso para los emisores públicos. La necesidad de captar recursos a precios atractivos para financiar los déficits y las medidas puestas en marcha por los Gobiernos para paliar los efectos de la crisis se ha traducido en una intensa apelación al mercado por parte de los estados. España no queda al margen de esta corriente.
Con esta emisión, el Tesoro lleva captados 21.000 millones en operaciones sindicadas. A los 6.000 millones de ayer se suman los 10.000 millones adjudicados en la referencia a 10 años que emitió enero y los 5.000 millones captados en una operación a 50 años el pasado febrero, la primera emisión a tan largo plazo desde 2016. Hasta la fecha el Tesoro lleva emitido el 39,5% de su objetivo de financiación a medio y largo plazo sin que se vea afectado el coste de emisión que continúa en negativo (-0,01%) y el de la cartera de deuda sigue cayendo hasta el 1,78%. La vida media de la cartera de deuda aumenta a los 8 años, por encima de los 7,75 años registrados a finales de 2020.
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