El pacto para establecer un tipo mínimo del impuesto de sociedades alcanzado este fin de semana por los ministros de Finanzas del G7 supone, desde el punto de vista internacional e histórico, un paso inédito en pos de establecer unas reglas tributarias comunes en la aldea global, mientras que, en clave nacional, podría acelerar una parte crucial de la reforma fiscal que planea el Gobierno español. En concreto, según confirman fuentes oficiales, si acuerdo fructifica en un consenso internacional en las próximas semanas, España tratará de fijar el tipo mínimo de Sociedades ya desde 2022, adelantándose en un año al resto de grandes medidas impositivas que baraja.
Todo dependerá ahora del calendario internacional. Tras el acuerdo sellado por los titulares de Finanzas de EE UU, Reino Unido, Alemania, Francia, Canadá, Italia y Japón este sábado en Londres, se espera que los líderes de dichos países ratifiquen el acuerdo en la Cumbre del G-7 del próximo fin de semana en Cornualles (Inglaterra) como antesala a su impulso en el G-20, que se reunirá en julio en Venecia.
Será entonces cuando se termine de definir el universo de multinacionales sujeta a la medida, previsiblemente en función de su facturación anual y el porcentaje de esta que se produzca fuera de su país de origen. Deberá pactarse también definitivamente el tipo mínimo a aplicar, si bien todo apunta a que la cifra ganadora será el 15% defendido por Estados Unidos, que rebajó su propuesta inicial del 21% para amarrar un mayor consenso.
La Administración de Joe Biden no solo ha sido clave para desencallar un debate que llevaba años bloqueado por la postura contraria de su antecesor en la Casa Blanca, Donald Trump, sino que se ha convertido en una de las más proactivas en imponer el tipo global como fórmula para financiar sus ingentes planes de reactivación económica posCovid. Su empuje, reforzado ahora por el G-7 y previsiblemente en las próximas semanas por G-20 promete poner sobre la mesa un acuerdo multilateral en el seno de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) este mismo año.
De atarse, el Gobierno español tiene la intención de convertirse en uno de los países pioneros en la fijación del tipo mínimo, y de hacerlo ya desde 2022 si el calendario lo permite, admiten a este diario desde el Ministerio de Hacienda. Después de todo, el Ejecutivo de Pedro Sánchez ya venía posicionándose a favor de establecer un tipo mínimo de sociedades del 15% en el ámbito nacional antes si quiera de la vía libre al acuerdo global. La medida llegó ser incluida en el plan presupuestario para 2019 pactado por PSOE y Unidas Podemos que el Congreso acabó tumbando propiciando la primera de las dos elecciones generales de aquel año. Pero el plan siguió en el cajón a la espera de ser retomado.
La crisis abierta por el Covid, sin embargo, llevó al nuevo Gobierno de coalición a posponer esta medida, eliminándola de las cuentas de 2021. Para este ejercicio se mantuvo solo la rebaja del 100% al 95% de la exención sobre dividendos de filiales. En 2019, el Gobierno estimó que ambas medidas recaudarían unos 1.700 millones de euros mientras que el gravamen sobre dividendos que se ha acabado aprobando prevé recaudar 473 millones en 2021. Es decir que los antiguos cálculos del Gobierno apuntaban a una recaudación anual cercana a los 1.300 millones por el tipo mínimo de sociedades para el contexto precrisis.
Sin embargo, el nuevo Observatorio Fiscal de la UE rebajó la pasada semana esta cifra a solo 700 millones de incremento de la recaudación española por un pacto global sobre sociedades.
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