La subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, ha recordado que hay capas de población que siguen presenciando los servicios de la banca tradicional, pese a la creciente tendencia de digitalización en el sector. «Los nativos digitales constituyen un número muy relevante y, sobre todo, creciente, de la población, y es natural que sea un tipo de clientela interesante para el sector. Sin embargo, ello no debe hacernos olvidar que persisten capas de población que siguen precisando los servicios de una banca tradicional», ha señalado en la clausura de ‘Transición digital en el negocio bancario. Lecciones tras la Covid-19’.
Además, ha añadido que ningún neobanco se plantea competir por captar el segmento de población con menor competencia digital. Para superar las limitaciones, «se debe seguir potenciando la educación, tanto en competencias digitales como financieras, ya que estos nuevos canales abren la posibilidad de contratar muchos más servicios con un solo ‘click'». La subgobernadora ha explicado que, si bien las tendencias sobre la digitalización del sistema bancario se han acelerado al menos un lustro debido a la pandemia, ya era «uno de los factores dominantes en la transformación del negocio» desde hace un tiempo.
Uno de los mayores desafíos en ese sentido es el fraude y las amenazas cibernéticas, un riesgo que es aún mayor para aquellos que no tienen acceso o no están familiarizados con el canal digital. Delgado destaca una de las conclusiones del informe de la Fundación de Estudios Financieros presentado esta mañana: los ‘deep fake’ son la mayor amenaza, pero para el citado colectivo el ‘phising’ puede ser igual de peligroso. La irrupción de las grandes tecnológicas y las fintech en el sector es otra de las cuestiones que pone en riesgo a la banca tradicional.
Delgado ha puesto de relieve que los nuevos competidores suelen dirigirse a nichos muy concretos, sin abordar otras actividades, como la captación de depósitos, que implicarían requerimientos regulatorios de supervisión «más exigentes», lo que podría producir una «desagregación de la cadena de valor». Actualmente, los clientes no trabajan con una sola entidad, sino que «un usuario puede tener una cuenta en una entidad, ordenar sus pagos a través del interfaz que le proporciona otro proveedor y emplear el instrumento de pago que le facilita un tercero», ha destacado la subgobernadora.
Las consecuencias para la banca tradicional tienen una doble dimensión: por un lado, la pérdida de relación con el cliente, y por otro, la de visibilidad, por lo que la digitalización «resulta esencial para poder dar una respuesta defensiva ante estos nuevos competidores». «El sector debe ser capaz de capitalizar las fortalezas tradicionales que atesora. No hay que olvidar que las entidades cuentan con la confianza de los clientes, dando servicio en España a prácticamente toda la población», ha señalado.
Asimismo, la subgobernadora ha expuesto que estas entidades tienen una buena posición de partida en relación a los datos, la «materia prima de la cuarta revolución industrial», pero que necesitan mantener su acceso a estos y ser capaces de extraer toda su utilidad. En este sentido, Delgado ha criticado que la banca no está recibiendo un «trato equivalente» frente a otros terceros autorizados a acceder a esa información, necesario para poder competir con las ‘big tech’.
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