La política del BCE de reducción de tipos de interés hasta cero –en ese nivel desde marzo de 2016– y de medidas extraordinarias como la compra masiva de deuda ha permitido un abaratamiento en el coste de financiación de empresas, hogares y Estados que ha sido vital para la salida de la crisis económica y que ha sido beneficiosa en términos generales para todos los países de la zona euro.
Así lo asegura BCE en su último boletín económico, donde, sin embargo, muestra cómo el impacto del ahorro en el pago de intereses ha sido muy desigual entre los diferentes Estados miembros y entre los distintos sectores de la economía. Partiendo de que, de forma generalizada, sólo la banca no se ha beneficiado de esta política de reducción de tipos –por el impacto negativo en su margen de negocio–, la autoridad monetaria certifica que los hogares y empresas españolas han sido las que más partido han sacado de esta situación. En concreto, los datos del BCE apuntan a que este ahorro neto en intereses equivaldría aproximadamente al 4,2% del PIB, o lo que es lo mismo algo más de 45.000 millones de euros desde el tercer trimestre de 2008 hasta finales de 2016.
El informe del BCE indica que solo los hogares españoles se habrían beneficiado durante la crisis por una cantidad equivalente a alrededor del 0,8% del Producto Interior Bruto (PIB); las empresas no financieras se habrían ahorrado cantidades cercanas al 3,2% del PIB y el propio Estado, el equivalente al 0,2% de la riqueza nacional.
Según la comparativa del BCE en los nueve países analizados (Bélgica, Francia, Austria, Alemania, Holanda, Finlandia, Italia, Portugal y España) las empresas no financieras han sacado partido de esta política de tipos cero en todos ellos. Y son las empresas españolas las que más ahorro neto por intereses habrían obtenido. Además de las compañías españolas, las de Francia, Finlandia e Italia también obtuvieron un ahorro equivalente a más del 1% de sus PIB.
Por el contrario, el impacto de los bajos tipos de interés en los hogares de la zona euro ha sido mucho más dispar, explica el BCE. Las familias holandesas, españolas y finlandesas, por este orden, han resultado ser las más beneficiadas por esta política monetaria. Esto ha sido por el elevado peso de los créditos hipotecarios en comparación con el resto de activos financieros que poseen los hogares de estos países. Es más, en el caso de España el BCE precisa que esta ventaja se ha dejado sentir con más intensidad “por el predominio de hipotecas de interés variable”. De hecho, en España más del 90% del stock hipotecario está vinculado a las fluctuaciones del coste del dinero.
Esto explica que, en otros países como Bélgica, Austria o Italia, donde las familias tienen porcentajes más elevados de riqueza financiera como fondos de inversión, el impacto de la política de tipos cero haya generado “descensos pronunciados” de estos ingresos. Las más perjudicadas en este caso han sido las familias belgas, que han visto aminorar sus beneficios por intereses en una cantidad equivalente a casi el 2% de su PIB. Pero también hay otros Estados donde el abaratamiento del coste del dinero no ha tenido apenas impacto en sus hogares. Es el caso de Alemania, Portugal y Francia.
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