El comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, aseguró este lunes que la tasa digital para la Unión Europea que propondrá el Ejecutivo comunitario próximamente evitará gravar dos veces por los mismos ingresos a las empresas y no interferirá con las negociaciones para lograr un acuerdo global sobre fiscalidad en la OCDE. «Puedo asegurar que estamos trabajando en el diseño de la propuesta de modo que sea claramente una medida no discriminatoria y que no introduzca por diseño una doble imposición», dijo Gentiloni en declaraciones recogidas por Efe durante un debate sobre tributación con la comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo.
Asimismo, añadió, la propuesta evitará «cualquier interferencia negativa» con los esfuerzos para lograr en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) un acuerdo internacional sobre la tributación de las grandes empresas. Este acuerdo tendría dos pilares. El primero, sobre el modo de asignar los beneficios de manera que las multinacionales, en particular las digitales, paguen impuestos allí donde operan, aunque no tengan presencia física. Y el segundo, sobre un tipo mínimo efectivo del impuesto de sociedades a nivel internacional para evitar el traslado de beneficios a paraísos fiscales.
Después de que el G7 alcanzase este mes un acuerdo a este respecto, que prevé un tipo mínimo efectivo mínimo del 15%, el segundo paso clave podría ser un consenso en la reunión de ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20 en Venecia el 9 y 10 de julio, tras lo cual aún debería sellarse el pacto entre los 139 países que participan en las negociaciones de la OCDE. Gentiloni explicó que la Comisión prevé presentar su propuesta para una tasa digital europea «poco después» de la reunión del G20 en Venecia siempre y cuando se logre un acuerdo en la misma, precisamente para no interferir con el debate internacional.
Bruselas estudia «diferentes opciones» para este gravamen, que se aplicaría a partir de 2023 y cuya recaudación se destinaría al presupuesto comunitario, en particular, para devolver la deuda que se emitirá para financiar el fondo de recuperación pospandemia (unos 800.000 millones de euros) y los intereses. El comisario europeo dijo que confía en que la UE logrará la unanimidad política necesaria para apoyar el pacto internacional, pese a que algunos países han expresado ciertas reservas, como es el caso de Irlanda, sede europea de buena parte de las grandes tecnológicas mundiales debido a sus bajos impuestos para las empresas.
«No puedo imaginarme que la UE no se sume a este acuerdo global», dijo Gentiloni, precisando que se debatirán las herramientas para incorporar en el marco legal comunitario el acuerdo internacional que salga de la OCDE. Subrayó, asimismo, que no se tratará de unificar el impuesto de sociedades en todos los Estados Miembros, sino de luchar contra la «carrera a la baja» que lleva a los países a reducir sus tasas para atraer compañías a expensas de los ingresos de otros socios comunitarios.
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