El G20 ha llegado a un acuerdo para respaldar el mecanismo de fiscalidad para multinacionales consensuado el 1 de julio por 130 países y jurisdicciones de los 139 que forman parte del llamado marco inclusivo de la OCDE. El tipo mínimo en Sociedades será del 15% y Estados Unidos espera implantarlo el próximo año. La vicepresidenta Nadia Calviño celebra el acuerdo.
Los ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales del G20 se han reunido durante dos días en Venecia y han llegado a un acuerdo político para secundar este sistema, que tratará de evitar que las multinacionales evadan impuestos o desvíen sus beneficios a paraísos fiscales. Supondrá un nuevo orden tributario internacional y, en principio, será incompatible con la tasa digital que está pergeñando la Unión Europea: si finalmente se aprueba como está concebido el acuerdo, el impuesto europeo no será necesario.
Esta es la mayor iniciativa política de las negociaciones de ocho años de discusiones sobre la cuestión fiscal. El objetivo es que los líderes nacionales le den la bendición final en la cumbre del G20 de octubre en Roma.
El pacto establece un impuesto de sociedades mínimo mundial de al menos el 15% para disuadir a las multinacionales de buscar el tipo impositivo más bajo. También cambia la forma de tributación de multinacionales como Amazon y Google, que pagarán en los países en los que operan, aunque no tengan presencia física allí. El ministro alemán de Finanzas, Olaf Scholz, aseguró que «este acuerdo contiene una especie de mecanismo de aplicación para asegurarse de que los países que se resistan no puedan socavar su funcionamiento».
La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, confía en que el Congreso de Estados Unidos pueda aprobar en la primavera de 2022 la nueva fiscalidad. La intención es que los países definan los cabos sueltos que quedan en los próximos meses para que los líderes del G20 puedan aprobarlo en la cumbre que celebrarán en Roma en octubre, y que el sistema se empiece a aplicar en todo el mundo antes de finales de 2023.
La vicepresidenta segunda y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, respalda «el acuerdo político para avanzar hacia una fiscalidad internacional más justa, sostenible y adaptada al nuevo contexto global», según una nota de prensa del ministerio. “Este es un acuerdo sin precedentes para tratar de establecer un sistema más justo y sólido a nivel global, adaptado al siglo XXI. Es un acuerdo histórico, pero no es el final del camino, es el principio de un proceso en el que debemos seguir trabajando a nivel global y europeo”, ha afirmado la vicepresidenta Calviño tras la reunión.
Los miembros del G20 representan más del 80% del producto interior bruto mundial, el 75% del comercio mundial y el 60% de la población del planeta, incluyendo a Estados Unidos, Japón, Reino Unido, Francia, Alemania e India. Además de los países de la Unión Europea que se mantienen al margen –Irlanda, Estonia y Hungría–, otros países que no han firmado son Kenia, Nigeria, Sri Lanka, Barbados y San Vicente y las Granadinas.
Entre otros puntos de fricción está la lucha en el Congreso de Estados Unidos sobre el aumento de los impuestos a las empresas y a los estadounidenses con más renta y patrimonio, que podría causar problemas, al igual que el plan de la UE para un impuesto digital sobre las empresas tecnológicas. Desde Estados Unidos avisan de que la tasa digital de la UE no es coherente con el acuerdo global, incluso si el impuesto se dirige en gran medida a las empresas europeas.
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