Agosto suele ser el mes más flojo del año en emisiones de deuda, una dinámica que este verano está rompiendo la incesante actividad compradora de los bancos centrales. El mercado continúa abierto para las emisiones corporativas en este mes y si bien no ofrece la intensidad de otros meses del año, sí hay más actividad de lo habitual en otros ejercicios.
Una prueba de ello fueron las emisiones lanzadas la semana pasada, la primera de agosto, por Volkswagen y Barclays. El fabricante alemán de vehículos colocó 2.500 millones de euros y la entidad británica captó 1.500 millones de dólares en cocos. Ambas emisiones, que no habían sido anunciadas previamente, recibieron una demanda que duplicó con creces la oferta, prueba del apetito inversor y confirmaron a la primera semana de agosto como la más intensa de los últimos cinco años, según datos recogidos por Bloomberg.
Las emisiones soberanas tampoco han parado en este mes, reflejo de la exigente necesidad de financiación que también este año afrontan los gobiernos. Francia y España realizaron subastas de deuda a largo plazo la semana pasada y ayer Alemania anunció su intención de realizar una emisión de bonos a 30 años el próximo 18 de agosto. Detrás de esta actividad en el mercado primario está la mano del Banco Central Europeo (BCE), que este verano no flojea en sus compras de deuda. Ni siquiera en agosto.
Durante el mes de julio, el volumen de compras de deuda del BCE dentro de su programa extraordinario PEPP, su principal instrumento de política monetaria frente a la crisis, ha alcanzado la mayor cuantía mensual en lo que va de año. En concreto, 87.557 millones de euros, más que ningún otro mes de 2021 y por encima incluso del mes de julio del pasado año, en que adquirió 85.423 millones de euros. En la primera semana de agosto, el volumen de compras de este programa se mantuvo en los 16.430 millones de euros, una cifra en línea con la adquisición semanal previa al verano y superior a los 10.671 millones de la última semana de julio.
“El mercado está abierto”, señala en declaraciones a Bloomberg Armin Peter, jefe de mercados de capitales y emisiones sindicadas de UBS. Tanto empresas como gobiernos están por tanto aprovechando el buen entorno de mercado que garantizan las compras del BCE, con un coste de emisión en mínimos, para seguir financiándose, sin necesidad de esperar a septiembre y de afrontar entonces la competencia de otros emisores por captar recursos en el mercado. Así, el mes de regreso del verano suele ser uno de los más intensos del año en colocaciones.
En Europa se da por hecha además la continuidad del apoyo del BCE y es hacia la Reserva Federal donde se dirigen todas las miradas para un posible repliegue en las compras de deuda, ante una tasa de inflación y empleo mayor que en la zona euro. El BCE está dispuesto a mantener su programa extraordinario de compras hasta al menos marzo de 2022.
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