El precio que se paga por la electricidad en España ha vuelto a ser una de las noticias más recurrentes de las que se está hablando en las últimas semanas, y no es para menos.
Si en enero ya fue motivo de preocupación cuando los precios llegaron a superar tímidamente los 100 euros por MWh, en medio de una ola de frío que azotó nuestro país, en agosto los precios han superado esos niveles con holgura, llegando hasta los 122,76 euros por MWh que se pagarán hoy por la electricidad, un nuevo récord en España, según los datos de OMIE, el operador de mercado eléctrico designado.
El precio final que se paga por la energía eléctrica en nuestro país no se puede explicar sólo con una variable, ya que son muchos factores los que intervienen en la ecuación (el coste de la materia prima, impuestos, la forma en la que se establecen los precios en el mercado mayorista, la generación de energía con fuentes renovables…), pero en este momento, uno de los componentes que más está afectando a los precios de la energía eléctrica es el precio del gas natural, la materia prima que se utiliza en las plantas de ciclo combinado, las instalaciones que consumen gas para generar energía.
Las eléctricas que gestionan estas plantas pagan el precio que marca el mercado, y el aumento ha sido meteórico en los últimos 12 meses: en agosto de 2020 el precio medio del gas fue de 9,39 euros por MWh; doce meses después se está pagando casi 5 veces más esa cantidad, ya que actualmente la cotización de la materia prima es de 45 dólares por MWh.
El nuestro no es un caso aislado: también ha ocurrido en otros mercados internacionales, en mayor o menor medida. En el americano, por ejemplo, el precio del gas se ha multiplicado por 2,6 veces en los últimos 12 meses, un aumento que desde Natural Gas Intelligence achacan a las altas temperaturas por el aumento de la demanda que trae consigo. Si en enero los precios del gas se dispararon por la ola de frío, ahora es el calor el responsable del aumento del consumo.
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