El ministro de Economía, Luis de Guindos, sacó pecho el jueves ante una buena noticia macroeconómica. Otra más. A primera hora de la mañana, el INE había confirmado que la economía española creció en el segundo trimestre un 0,9%, una décima más que en el periodo anterior. Poco después, Guindos comparecía para celebrar los datos con entusiasmo, y anunciar que revisará mínimamente al alza su previsión de crecimiento para 2017, ahora en el 3%. La buena marcha registrada entre abril y mayo se explica fundamentalmente por un impulso en el consumo privado y en el empleo.
El Ministerio de Economía aprovechará el próximo mes la presentación del cuadro macroeconómico que acompaña a los Presupuestos de 2018 para actualizar unas previsiones de crecimiento que, a la luz de los buenos datos del segundo trimestre, han quedado ligeramente anticuadas. Guindos insistió en que el nuevo pronóstico seguirá siendo “prudente y cauto”, pero se adecuará a las previsiones de otros organismos. Es el caso del Fondo Monetario Internacional (FMI), que el pasado julio elevó sus perspectivas de crecimiento para España en medio punto, dejándolo en el 3,1%.
Así, si el Gobierno sigue el ejemplo del organismo que dirige Christine Lagarde, su renovado optimismo se traducirá en una mejora mínima, de tan solo una décima. Esta será la tercera revisión de las previsiones oficiales: el Ejecutivo estimaba a principios de año un crecimiento del 2,5% y probablemente este vaya a acabar en el 3,1% o 3,2%.
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