La solidez de la demanda interna, la creación sostenida de empleo y la buena evolución de las exportaciones ha llevado a analistas privados, entidades públicas y organismos internacionales a ir elevando progresivamente sus previsiones de crecimiento para la economía española en 2017.
Hace un año los expertos auguraban un frenazo del PIB de hasta casi un punto en el contexto de la victoria del «brexit» en el Reino Unido y con el Gobierno español en situación de interinidad ante las dificultades para formar un nuevo Ejecutivo.
Sin embargo, el dinamismo del consumo privado, la inversión y el empleo, unido a un sector exterior que mantiene su contribución positiva al PIB, ha contribuido a mejorar unas previsiones que en algunos casos auguran que el crecimiento económico de este año supere al de 2016, que fue del 3,2%.
También se preveía que en 2017 amainaran los vientos de cola que favorecieron el crecimiento en ejercicios anteriores y, sin embargo, se mantienen los bajos tipos de interés y el precio del petróleo está contenido, aunque menos barato.
El Gobierno, que en julio elevó su previsión de crecimiento al 3%, ya ha avanzado que la volverá a subir este mes en la actualización del cuadro macroeconómico que acompañará a los Presupuestos de 2018, tras crecer el PIB un 0,9% en el segundo trimestre, una décima más que en el trimestre precedente.
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