Los resultados de las elecciones generales han permitido a Unai Sordo y Pepe Álvarez, secretarios generales de Comisiones Obreras (CC OO) y de la Unión General de Trabajadores (UGT), respectivamente, salir en tromba a pedir a Pedro Sánchez un Gobierno estable y progresista que atienda con preferencia la agenda social y no olvide a los trabajadores y trabajadoras. Es decir, que se imponga como prioritario derogar los aspectos más lesivos de la reforma laboral y eliminar la reforma de pensiones de 2013.
De lo contrario, estarán en frente: «No queremos parches. Con Rivera, no; con Casado, no, y con Vox ni a tomar una cerveza», explotó Álvarez. «Es la oportunidad de diseñar un país para las próximas dos décadas con una clave de izquierdas, no la pierdan», exhortó Sordo mientras los manifestantes en la Puerta del Sol prorrumpían en gritos de «Con Rivera, no» o «Sí, se puede».
En una jornada soleada en Madrid, de esas que invitan más a salir de puente que a quedarse en la capital a reivindicar derechos, los trabajadores celebraron un Primero de Mayo con la consigna Lo primero, las personas. De esa guisa, los dirigentes sindicales reclamaron que “las fuerzas políticas progresistas se pongan de acuerdo”, es decir PSOE y Podemos, y permitan la constitución pronta del Parlamento y de un Gobierno que pueda sacar adelante medidas progresistas, que acabe con “la precariedad y la desigualdad” e impulse políticas “que repartan la riqueza, que construya un país desde la ilusión y las ganas de que éste sea un país de respeto a los derechos y libertades”, coincidieron. “La desigualdad es el mayor disolvente de la democracia”, recalcó Sordo.
“No queremos parches. Con Rivera, no; con Casado, no; y con Vox ni a tomar una cerveza”, explotó Álvarez. “Es la oportunidad de diseñar un país para las próximas dos décadas con una clave de izquierdas, no la pierdan”, exhortó Sordo mientras los manifestantes en la Puerta del Sol prorrumpían en gritos de “Con Ribera, no” o “Sí, se puede”.
El destinatario, Pedro Sánchez, prometió cuando estaba en la oposición que derogaría la reforma laboral. Ya en el Ejecutivo, aseguró que eliminaría esos “aspectos más lesivos”, pero no aprobó los cambios y ahora, tanto en la campaña electoral como en las reformas propuestas a Bruselas, insiste en que lo necesario es un nuevo Estatuto de los Trabajadores. Tanto Álvarez como Sordo hicieron hincapié en que primero es imprescindible derogar las reformas laborales del PSOE y del PP antes de negociar un nuevo Estatuto. “No se trata de volver a los noventa, nos conformamos con volver a la situación laboral de 2009”, resaltó Álvarez.
Para los líderes sindicales los resultados electorales refuerzan las izquierdas tras la dificultad de llevar a cabo políticas de cambio en un Parlamento controlado por la derecha. A su juicio, los resultados son consecuencia de la irrupción de la ultraderecha y de que los ciudadanos creen que otra política es posible. Tanto Álvarez como Sordo han destacado la importancia en las elecciones de la reacción de la clase trabajadora contra los mensajes «neofascistas y neoautoritarios» que trasladan a tiempos pasados.
Pese a la euforia del éxito electoral, Sordo advirtió de la necesidad de mantener el pulso: «No ha terminado nada; tenemos unas elecciones el 26 de mayo en Europa que nos afectan mucho, hay que movilizar el voto para conseguir mayoría progresista en la Unión Europea por la cuenta que nos trae». En ese punto, se refirió al peligro de los neonacionalismos («el huevo de la serpiente») y a sus referentes en España («una deriva neofascista a la que hay que combatir desde la pedagogía») para hacer un llamamiento al PP: «Ha sido patético que otros partidos hayan copiado mensajes de Vox, deben recuperar la racionalidad».
Los sindicatos se sienten con más legitimidad que hace tres o cuatro años para configurar una mayoría social que presione al Ejecutivo a hacer esos cambios. «Este Primero de Mayo tiene que ser el inicio de una movilización, necesitamos mantener la presión permanente para que no se baje la guardia», ha subrayado Álvarez, que ha añadido: «Es la hora de recuperar derechos y libertades».
En ese sentido se enmarca la derogación de las reformas laborales y de la reforma de pensiones de 2013. Sobre todo, de esta, que el 1 de enero de 2020 volverá a estar vigente el índice de revalorización (IRP), lo que implica una subida del 0,25%. Para Sordo, «no hay excusas para retrasar las medidas». Después agregó que el sistema de pensiones tiene que ser de reparto y público, para lo que hay que reconstruir el Pacto de Toledo.
Para hacerlo viable es necesario obtener más fondos, pero no a costa de recortes de gastos, sino mediante la obtención de mayores ingresos, lo que plantea, a juicio de los sindicalistas, una reforma fiscal. España necesita elevar la presión fiscal y ponerse al nivel de Europa, lo que equivaldría a elevar los ingresos en 90.000 millones. «Una reforma en la que pague más el que más tiene», según ha pedido Álvarez.
Les escuchaban el secretario de Organización del PSOE y ministro de Fomento, José Luis Abalos (único miembro del Gobierno), los candidatos de este partido al Ayuntamiento de Madrid (Pepu Hernández) y a la Comunidad (Ángel Gabilondo) y los dirigentes de Podemos Pablo Iglesias y Alberto Garzón. Ábalos ha manifestado que su partido es partidario de mantener un Gobierno monocolor, «como ha sido hasta la fecha» desde que tomó el poder tras la moción de censura, y alcanzar acuerdos con el resto de grupos parlamentarios. En ese sentido, rechazó una alianza con Ciudadanos como piden los empresarios, por «la actitud cerrada» que ha mostrado, y abrió la puerta a pactos con Podemos, sobre todo en aquellos planteamientos en los que coinciden, como la lucha contra la desigualdad y la precariedad.
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