Pierre Moscovici, abogó en Viena por profundizar en la Unión Monetaria y Económica (UME) con «un ministro de Finanzas para la zona euro, una política fiscal común y un endeudamiento común». En un encuentro con la prensa, Moscovici advirtió de que Europa se encuentra ahora en un momento decisivo, en el que las grandes diferencias entre los países es uno de los mayores desafíos que afronta.
«Si esto sigue así, tenemos un problema», dijo, y destacó «cinco puntos» que debe abordar la UME: la conclusión de la unión bancaria, un nuevo mecanismo de estabilidad, reformas a nivel nacional que deben acompañarlo, abordar la dimensión social y lograr el apoyo de la población a un fortalecimiento de la «arquitectura de zona del euro»
Poco después, en un debate sobre «El futuro de la UME – La opción por Europa», insistió en que la pasada crisis económica y financiera «ha dejado amplias diferencias económicas a lo largo de la zona euro y en toda la Unión Europea (UE)». Las «divergencias» en cuanto a la situación social y el empleo «han alcanzado niveles sin precedentes», alertó.
«En los últimos años hemos visto que la incapacidad para corregir esas diferencias, y los desequilibrios relacionados a ellas, pueden llevar a mayores y más costosas divergencias y a poner en riesgo la propia sostenibilidad de la Unión Monetaria», explicó. El comisario señaló que, si bien «la recuperación de la economía de la zona euro ha entrado en su quinto año y es firme», es «absolutamente necesario hacerla más robusta».
En este contexto recordó que el Producto Interior Bruto (PIB) de la eurozona creció un 1,7 % en 2016, ligeramente por encima del registrado en Estados Unidos (1,6 %) en el mismo periodo.
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