Los expertos que ha designado Hacienda para aconsejarle en la reforma de la financiación autonómica y local se decantan por gravar las plusvalías de menos de un año en la venta de inmuebles. Esta medida quiere compensar la caída de ingresos que van a suponer las modificaciones en el impuesto de la plusvalía municipal a las que obliga la sentencia del Tribunal Constitucional que ha anulado el tributo cuando hay pérdidas. El Fisco ha delegado en estos sabios el diseño de la reforma del impuesto, quienes han trabajado junto con la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) en un documento de propuestas de reforma que plantea dos vías de cambio.
Según fuentes conocedoras del proceso, el comité de expertos que ha designado Hacienda se decanta por una de las dos fórmulas de reforma del impuesto que proponen los municipios, en concreto, la que propone que la plusvalía se transforme en un impuesto a cuenta en el IRPF. Esta vía sería también del agrado de Hacienda.
Con el fin de «reducir al máximo la litigiosidad, dándole mayor relevancia a la capacidad económica del contribuyente», según la FEMP, se trata de una reforma integral del impuesto «sustituyendo la actual base objetiva por una nueva base que grave la capacidad económica real». Esta base tendría en cuenta el incremento real de valor (como en el IRPF) por la diferencia entre el «valor de transmisión» menos el «valor de adquisición», extendiendo dicho incremento al valor de la construcción (y no sólo al suelo) y a los inmuebles rústicos (y no solo a los urbanos).
Para evitar la doble imposición, la cuota del impuesto sería deducible en los impuestos estatales. Esto significa que se gravaría la plusvalía como ya hace el IRPF: sería la diferencia entre la venta y la adquisición, la ganancia -o pérdida- en la venta del terreno, tanto urbano, el único que grava ahora la plusvalía, como rústico, y del inmueble y de la construcción. El ayuntamiento se llevaría la parte que se estipule y el resto sería para el Estado y las comunidades.
El golpe en la recaudación será mayor si la deducción de la plusvalía en el IRPF se realiza sobre la cuota que sobre la base. Pero lo lógico es que sea sobre la cuota, según el Consejo de Economistas-Asesores Fiscales-Reaf (ver información adjunta). Las mismas fuentes apuntan que el diseño del nuevo impuesto a cuenta del IRPF intentará que los ingresos de ayuntamientos y, sobre todo, del Estado y de las comunidades autónomas no mermen. Se trata de ponderar el tipo que impondrán los ayuntamientos para que queden ingresos a las demás administraciones. Este método «cumple los principios tributarios y elimina la doble imposición», señalan desde el Reaf.
La segunda propuesta, que también gravaría las plusvalías de menos de un año, consiste en modificar la base imponible para incluir unos coeficientes de variación del mercado inmobiliario del suelo para cada año y municipio, manteniendo la referencia al Valor Catastral. Estos índices los elaboraría probablemente el Catastro, y se actualizarían en los Presupuestos.
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