Los números rojos del sistema de pensiones siguen creciendo a un ritmo difícil de sostener. La Seguridad Social terminó el pasado año repitiendo un déficit similar al de 2016, algo superior a los 18.000 millones de euros, según confirman los datos de la evolución del presupuesto de este organismo.
A pesar de que se prevé que 2017 marque un récord de ingresos por cotizaciones sociales recaudadas por la Seguridad Social de alrededor de 109.000 millones de euros en un solo ejercicio –en agosto se superó por primera vez una recaudación mensual de 10.000 millones de euros–, esta mejora no será suficiente para compensar el incremento del gasto en pensiones, que se mantiene constante en el entorno del 3% anual, rozando los 127.000 millones de euros.
De hecho, el sistema aún está digiriendo el fuerte agujero que se produjo por la pérdida de tres millones de afiliados entre enero de 2008 y diciembre de 2013. En esos años el sistema perdió más de 33.000 millones de ingresos por la destrucción de dicho empleo. Mientras que en este periodo el gasto en pensiones se incrementó en más de 45.000 millones de euros.
Y aunque ya se han recuperado dos de esos tres millones de empleos destruidos, no ha sido hasta 2017 cuando el ritmo de crecimiento de los ingresos de la Seguridad Social ha vuelto a ser vigoroso, incrementándose claramente por encima de los gastos, al registrar un aumento de la recaudación interanual de aproximadamente el 5%.
De hecho, aun manteniendo este ritmo de crecimiento de los ingresos, o algo inferior –ya que el Gobierno prevé cierta desaceleración en la creación de empleo este año–, el gasto en pensiones seguirá creciendo por encima del 3%, por lo que los responsables del Ejecutivo prevén que en 2018 el déficit de la Seguridad Social mejore solo muy levemente.
Esta evolución dependerá, entre otros factores, de cómo aumenten los salarios y las bases de cotización; de la previsible disminución de los ingresos patrimoniales (intereses por el fondo de reserva) o de los menores ingresos esperados por las cotizaciones de perceptores de las prestaciones por desempleo y los subsidios de mayores de 55 años.
Si bien, una vez se confirmen estas cifras, se cumplirán también las previsiones de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) que ya pronosticó a principios del pasado año que la Seguridad Social incumpliría nuevamente el objetivo oficial del déficit del sistema del 1,4% (16.000 millones de euros). Asimismo, el propio Gobierno admitió en la última revisión del Programa de Estabilidad que el déficit de la Seguridad Social se elevaría al 1,5% del PIB.
Esta situación es la que ha provocado que el Tesoro haya previsto que será necesario prestar 15.000 millones a la Seguridad Social. Suponiendo que el déficit del sistema de pensiones se sitúe en torno a los 17.000 millones de euros en 2018, el Gobierno tendría dos formas de pagarlos.
Si finalmente salieran adelante unos nuevos presupuestos generales para 2018, la Seguridad Social prevé agotar el crédito previsto por el Tesoro, con lo que solo tendría que usar unos 2.000 millones del fondo de reserva, que ya solo cuenta en la actualidad con 8.000 millones de euros. De esta forma, el Ejecutivo conseguiría no agotar aún la hucha de las pensiones.
Los motivos que esgrimen desde Empleo para preferir utilizar el crédito del Tesoro en lugar del fondo de reserva es que, financieramente, es más ventajoso que vender ahora los activos que le quedan al fondo de reserva. Si bien hay un segundo motivo de carácter político, que admiten algunos responsables gubernamentales en privado, y es que el Gobierno de Mariano Rajoy no pase a la historia por dejar a cero la hucha de las pensiones.
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