Según los presupuestos iniciales de las comunidades autónomas, el tributo que grava las compraventas de vivienda usada y la constitución de hipotecas aportará un 10,6% más a las cuentas públicas hasta alcanzar los 6.517 millones. Aquí no aparecen Aragón, Asturias y Cataluña, que no tienen presupuestos aprobados. En cualquier caso, la mejora de los ingresos derivados de este impuesto es generalizada. Antes de la crisis económica, el impuesto sobre transmisiones patrimoniales llegó a recaudar 18.500 millones en 2006, una cifra descomunal que menguó drásticamente. En 2012, la recaudación se movía en torno a 6.500 millones. Un 65% menos. Ahora, sin llegar a los niveles previos a la crisis, la recaudación del impuesto sobre transmisiones se recupera y contribuye a que las comunidades reduzcan sus niveles de déficit público.
En cambio, las autonomías estiman que la recaudación del impuesto sobre sucesiones y donaciones, cuya importancia es menor, caerá el próximo año un 7% hasta los 1.800 millones. La cifra no incluye Aragón, Asturias y Cataluña. La mayor parte de las comunidades ha establecido relevantes bonificaciones en el impuesto para que las herencias entre familiares directos tributen poco. Andalucía y Murcia son las dos últimas comunidades que han seguido una vía que Madrid inició hace una década al bonificar al 99% las herencias entre familiares directos.
Andalucía prevé que la recaudación por Sucesiones caerá un 10,8% este año respecto a lo presupuestado en 2017. Suponen casi 50 millones menos. En Murcia, el Gobierno regional estima que ingresará un 32% menos, un descenso que equivale a 26 millones menos. En el lado opuesto destaca Navarra, que ha optado por subir el impuesto y establecer un gravamen de hasta el 16% para los bienes heredados que superen los tres millones. La comunidad foral confía en recaudar un 15% más y alcanzar los 55 millones, ocho más que el Presupuesto de 2017.
El comité de expertos para la reforma fiscal que eligieron Hacienda y las comunidades autónomas propuso en el informe que presentaron en julio armonizar el tributo. Recomendaron fijar un mínimo exento igual en toda España y establecer un gravamen máximo y mínimo para reducir las desigualdades. Sin embargo, la reforma del sistema de financiación avanza muy lentamente.
La menor recaudación del impuesto sobre sucesiones no resulta un problema en un contexto en el que otros tributos más relevantes como el de Transmisiones Patrimoniales crece a ritmos de dos dígitos. Además, la situación financiera de las autonomías ha mejorado mucho hasta el punto que cerraron el pasado mes de octubre con superávit, algo inédito. Todo apunta que las comunidades cumplieron el objetivo de déficit en 2017, establecido en el 0,6%.
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