El todavía ministro español de Economía y futuro vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, se ha mostrado este martes partidario de una política monetaria pragmática y realista, que ponga fin a las medidas excepcionales adoptadas durante el mandato de Mario Draghi pero que mantenga un nivel de tipos de interés suficientemente bajo para no abortar la recuperación.
«La normalización [de la política monetaria] tiene que ir acompasada con la recuperación económica, es decir, tiene que ir, de alguna forma, en paralelo», señaló tras asistir en Bruselas a la reunión mensual del Ecofin (ministros de Economía y Finanzas de la UE).
Guindos empieza así a perfilar su figura con vistas a la audiencia pública a la que deberá someterse el próximo lunes en la comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo, un examen no vinculante, pero en el que los eurodiputados intentarán clasificarle como halcón (partidario de una ortodoxia alemana) o paloma (partidarios de la flexibilidad y creatividad de Draghi).
Algunos analistas atribuyen a Guindos un papel de contrapeso meridional a Berlín, pero otros le identifican con las posiciones más duras por su cercanía al antiguo ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble. El examen del lunes podría dar nuevas pistas sobre la orientación del futuro vicepresidente, que, de momento, intenta suavizar su perfil.
«No es un tema de halcones o de palomas sino de sentido común», ha asegurado Guindos en la rueda de prensa posterior a su último Ecofin. «Los calificativos son simplificaciones y la realidad suele ser más compleja», ha añadido.
El futuro vicepresidente del BCE ha buscado el equilibrio y se resiste, por ahora, a decantarse por alguno de los dos bandos que conviven en el Consejo de Gobierno del BCE, en un momento en que Alemania prepara la ofensiva para desmantelar la herencia de Draghi.
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