Cuanto mayor es una empresa, más actividad genera, más empleo crea y más productiva se convierte. Esta es una de las conclusiones del estudio Factores de Competitividad y Análisis Financiero de la Empresa Familiar, elaborado por el Instituto de la Empresa Familiar, en colaboración con su red de cátedras y el patrocinio de Santander.
“Determinadas obligaciones de tipo tributario, mercantil y laboral impiden que las compañías superen el número de 49 empleados donde se produce un estancamiento. Una empresa así no es lo suficientemente grande para tener departamentos jurídicos y administrativos que traten este tipo de cuestiones”, reclamó el director general del IEF, Juan Corona, durante su exposición. “Mientras no seamos capaces de aumentar la dimensión, estaremos moviéndonos en entornos de baja rentabilidad”, apuntó.
El estudio confirma que la capacidad de las empresas para generar empleo y lograr rentabilidad es mayor a medida que su número de empleados crece. Y para ello analiza cómo han evolucionado esas variables entre 2013 y 2015, considerados los tres años del inicio de la recuperación económica. También distingue entre empresas de origen familiar y no familiar. Las primeras, siempre según el estudio, crean más empleo, generan más actividad y son más productivas que las no familiares.
Si el análisis se limita al empleo, el estudio revela que las firmas con menos de 25 de trabajadores destruyeron empleo en esos tres ejercicios, con caídas cercanas al 2%. Todo lo contrario que el resto. Aquellas que contaban con plantillas de entre 25 y 49 empleados mostraron un crecimiento del empleo que osciló entre el 9,5% para las firmas familiares y del 7,1% para las no familiares. Si el rango se eleva por encima de los 100 trabajadores, la generación de puestos de trabajo en las familiares creció por encima del 10%, un porcentaje similar al de las empresas con más de cien empleados.
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