La reclamación de las pequeñas empresas para disponer de un IVA europeo más adaptado al tamaño de su negocio está más cerca. La propuesta lanzada hace unas semanas por Bruselas es bien recibida, con matices que esperan se mejoren durante la tramitación.
Se busca simplificar el impuesto mediante medidas que reduzcan los costes de cumplimiento de la normativa en materia de IVA para las empresas más pequeñas, gastos que resultan desproporcionados en comparación con los de pymes que operan solo en su propio país y con los de grandes empresas. Y la propuesta aborda los casos de exención del IVA.
Desde Cepyme reciben positivamente la intención de la CE, puesto que “recoge un reconocimiento de los problemas específicos de las pymes, en general, y de las pequeñas empresas, en particular”. Francisco Aranda, portavoz de la confederación madrileña CEIM, coincide en que “todas aquellas medidas que estén orientadas a aligerar trámites administrativos serán bien recibidas”.
En cuanto a la posibilidad de que los Estados miembros tengan mayor margen de maniobra para aplicar tipos de gravamen reducidos y superreducidos en el IVA, Aranda resalta que, “si se pusiera en marcha, contribuiría a dinamizar el consumo y, por tanto, la economía”.
La Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), en cambio, es bastante crítica: “Aunque compartimos el objetivo de establecer un sistema de IVA más robusto, menos abierto al fraude y más simple, creemos que la propuesta va en el sentido opuesto, ya que complica el sistema. Obligar a pymes y autónomos a aplicar 28 IVA diferentes en la UE, según el país de destino, creará costes adicionales y mayor inseguridad jurídica”, asegura Celia Ferrero, vicepresidenta ejecutiva de la entidad.
En Pimec, la patronal de las pequeñas empresas catalanas, creen que la simplificación del IVA para las pymes que facturan hasta dos millones de euros es una prioridad y apoyan la exención del impuesto en caso de cifras de ventas irrelevantes.
Powered by WPeMatico