Los presupuestos del 2019 ya no son un imposible. Han pasado a la categoría de difíciles, muy difíciles. El pacto alcanzado entre el Gobierno y Podemos sobre la reforma de la ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera para reformar el apartado 6 del artículo 15 y retirar al Senado la capacidad de veto sobre los objetivos de déficit ha recibido el apoyo de los grupos de PDECat, ERC y PNV.
Esta reforma debería derribar uno de los bastiones de resistencia del PP, que controla la mayoría absoluta de la Cámara Alta y que tenía en su mano impedir la aprobación del techo de gasto.
El próximo obstáculo que se le plantea ahora el Gobierno es cómo lograr modificar la ley de Estabilidad, de rango orgánico. Salvo que se encuentre otro mecanismo, la reforma ha de llegar al Congreso, ser admitida a trámite en la mesa –donde PP y Cs tienen mayoría– y luego pasar por las dos cámaras. El rompecabezas es de suficiente entidad como para que ayer a última hora el Ejecutivo anunciara que no llevará al Consejo de Ministros de hoy el techo de gasto hasta que haya dado con la fórmula que permita modificar la ley que, a su vez, permitiría aprobar el techo de gasto evitando la capacidad de veto del PP. Esta mañana comparecerá en rueda de prensa la vicepresidenta del Gobierno.
El apartado 6 del artículo 15 de la ley de Estabilidad dice que “si el Congreso de los Diputados o el Senado rechazan los objetivos, el gobierno, en el plazo máximo de un mes, remitirá un nuevo acuerdo que se someterá al mismo procedimiento”. Es decir, exige la aprobación por ambas cámaras, en un mecanismo extraño en el funcionamiento habitual de las Cortes, pues lo común es que el Congreso tenga la última palabra en caso de que una norma sea alterada en el Senado.
Powered by WPeMatico