El Banco de España ha actualizado este viernes sus previsiones sobre la evolución de la economía nacional y ha recortado una décima el avance de este año, hasta el 2,5%, con respecto a sus proyecciones del pasado septiembre. En dicho mes ya había rebajado una décima el avance. Asimismo, la entidad alerta de una mayor desaceleración en la creación de empleo por la subida del salario mínimo, que no generará mayor consumo al provocar una pérdida de empleos.
La rebaja se da también en 2020, con otra décima menos, hasta el 1,9%. En cambio, se deja intacto el crecimiento para 2019 en el 2,2% y se prevé crecer el 1,7% en 2021. La desaceleración del consumo interno, más incertidumbres en el exterior y el menor impacto de la política monetaria expansiva del BCE explican las revisiones.
Entrando más al detalle, la modificación se debe a que los datos más recientes indican que el avance de la economía al inicio del año fue algo menor a lo estimado hasta ahora, mientras que en 2020 las proyecciones se ven alteradas por el “empeoramiento reciente” de las perspectivas en los mercados exteriores. En este ámbito cita la guerra comercial y la política de Estados Unidos, el desenlace del Brexit o el desafío de Italia a Bruselas con sus cuentas.
Además, dijo el banco central, se considera que, “en un contexto de niveles relativamente elevados de incertidumbre, la proporción de las rentas que los hogares destinarán al consumo será menor que en los últimos años”, añadió.
No obstante, las proyecciones del Banco de España contemplan una prolongación de la actual fase alcista. El organismo supervisor explica que la expansión del producto continuará descansando en la demanda nacional, para la que, no obstante, prevé una desaceleración en los próximos años.
En cuanto al déficit público, estima que se reducirá este año hasta el 2,7% del PIB, en línea con la estimación del Gobierno, pero que quedará seis décimas por encima del objetivo en 2019, del 1,8%. El diferencial crece en años siguientes, con un descuadre de nueve décimas en 2020, al 2%; y del 1,8% en 2021, 1,4 puntos por encima de la senda marcada.
Respecto a la subida a 900 euros del salario mínimo interprofesional, la entidad cree que no tendrá impacto sobre el consumo, “ya que, en términos porcentuales, los efectos al alza sobre el salario medio se verán compensados aproximadamente por una pérdida de empleo de similar magnitud”. Es decir, que los trabajadores tendrán más dinero en el bolsillo, pero muchos perderán el trabajo y el impacto quedará neutralizado.
Asimismo, la desaceleración de la ocupación sería más intensa por el impacto del nuevo salario mínimo. Con todo, la creación neta de puestos de trabajo propiciará descensos adicionales de la tasa de paro, que cerrará este año en el 15,3% y bajará al 14,3% en 2019, al 13,3% en 2020 y al 12,4% en 2021, hasta situarse a finales de ese año ligeramente por encima del 12%.
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