El plan estratégico de la Agencia Tributaria para el periodo 2020 a 2023 apunta como uno de sus objetivos fundamentales la lucha contra el fraude y la elusión fiscal; si bien, subraya los “importantes problemas metodológicos” y “riesgos y limitaciones” que acompañan a los intentos de cuantificar el tamaño de la economía sumergida.
Tomando como referencia el célebre estudio anual del economista Friedrich Schneider para FMI, en 2018 el tamaño de la economía sumergida española suponía el 11,2% del PIB, una cifra muy inferior a la que se maneja habitualmente en los foros sobre este asunto.
A partir de ahí, el fisco matiza que es un “error de concepto” comparar esta magnitud con el PIB, pues la presión fiscal es de solo el 35,2%. También subraya que solo el 60% de la economía sumergida es susceptible de tributar, ya que buena parte está compuesta de actividades ilegales que en ningún caso pagarían impuestos.
La cifra se reduciría por tanto al 2,36% del PIB. Teniendo en cuenta que la Agencia Tributaria gestiona el 50% de los ingresos tributarios (el resto es de comunidades y entes locales), la cifra que debería perseguir sería el 1,18% del PIB, unos 14.160 millones, sostiene cauto el fisco en este ejercicio hipotético.
Powered by WPeMatico