El Eurogrupo trabaja en un paquete de medidas económicas para atajar la crisis del coronavirus que pasa por usar las líneas de crédito del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) -el fondo de rescate-, movilizar hasta 200.000 millones del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y activar un fondo de ayudas contra el paro. Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea se reúnen por videoconferencia el 7 de abril con el objetivo de pactar un nuevo conjunto de medidas frente a una pandemia que llevará al bloque a la recesión y amenaza con disparar los niveles de paro.
En las reuniones para preparar el encuentro mantenidas esta semana, los países han debatido además la propuesta francesa de crear un fondo temporal para financiar la recuperación, así como la iniciativa holandesa de un fondo de entre 10.000 y 20.000 millones para costear gasto sanitario en los países más afectados. Los planes del Eurogrupo pasan en primer lugar por utilizar el MEDE, el fondo de rescate establecido durante la pasada crisis, que cuenta con 410.000 millones de euros en capacidad de préstamo.
En concreto, se activaría una línea de crédito preventiva con condiciones reforzadas, un instrumento que ya existe pero nunca se ha utilizado, a la que podrían acceder todos los países que lo necesiten. Esta línea permitiría desembolsar financiación por hasta el 2 % del PIB del país que lo solicite, lo que supondría cerca de 25.000 millones en el caso de España. Estaría disponible por un periodo inicial de doce meses, los créditos vencerían en un plazo de entre cinco y diez años y los costes de servicio se rebajarían, según un documento del MEDE presentado al Eurogrupo.
Las condiciones se limitarían a destinar los fondos recibidos a costear la respuesta económica y sanitaria y respetar las reglas fiscales europeas, según ha explicado el director gerente del fondo, Klaus Regling. El argumento, defendido también por el presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, es que esta crisis es muy diferente a la anterior, ya que afecta a todos los países y ha sido provocada por factores externos, por lo que las condiciones también deben ser distintas a las reformas estructurales o privatizaciones que se exigieron en los rescates.
Normalmente, sin embargo, la concesión de una línea de crédito preventiva va asociada a un programa de vigilancia por parte de las instituciones o un análisis sobre la sostenibilidad de la deuda pública, entre otros. Los países aún discrepan sobre las condiciones que deberían imponerse para la línea destinada a la pandemia, que España, Italia o Francia quieren relajar al mínimo, pero se espera que el próximo martes haya acuerdo para activarla, según varias fuentes.
Otra opción que barajan los ministros sería crear un nuevo instrumento dentro del MEDE para conceder financiación rápida, que tendría un menor volumen disponible y vencimientos más cortos, pero no iría acompañado del estigma de las ayudas tradicionales del fondo de rescate.
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