Las medidas clave tomadas por España han tenido un impacto de unos 13.900 millones de euros, aunque dependiendo de la duración de la pandemia y de su requerimiento la cantidad podría ser mayor, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), que recoge los principales mecanismos fiscales puestos en marcha por todos los países del mundo a fecha de 16 de abril. El fondo, de hecho, va más allá y cuantifica las medidas dirigidas a los servicios de salud, a las prestaciones por ERTE, a subsidios, a la extensión de los plazos tributarios para pymes y autónomos, etc. Asimismo, a ello se suma el montante de 100.000 millones en garantías estatales a préstamos para empresas y trabajadores por cuenta propia a través del ICO, así como otras líneas de crédito.
Alemania se sitúa como uno de los países del mundo que ha adoptado medidas fiscales de mayor impacto, entre las que se incluye un presupuesto de 156.000 millones de euros orientados al gasto en equipos de atención médica, capacidad hospitalaria e inversión en la investigación de la vacuna, así como la movilización de unos 757.000 millones de euros en garantías públicas a préstamos para empresas y aseguradores de crédito.
En Italia, el Gobierno adoptó un paquete de emergencia dotado con 25.000 millones para fortalecer el sistema de salud, preservar el empleo, apoyar los ingresos de los parados y autónomos y otras medidas para apoyar a las empresas. Además, movilizó garantías estatales adicionales de hasta 400.000 millones. Todas las medidas permiten a desbloquear más de 750.000 millones de liquidez para empresas y hogares.
Francia, por su parte, aumentó la dotación fiscal dedicada a abordar la crisis a 110.000 millones de euros, donde se incluye tanto las medidas de liquidez como otras dirigidas al sistema sanitario, a lo que se suma un paquete de garantías de préstamos bancarios y sistemas de reaseguro de crédito por valor de 315.000 millones de euros.
Por otro lado, Mapfre Economics, en la actualización de su cuadro macroeconómico, estima que la crisis ocasionará una contracción en la economía española de entre el 5,6 y el 10,7% este año, que elevará la tasa de paro a una horquilla de entre el 17,4% y el 23,4%, teniendo en cuenta por un lado un escenario en el que el impacto es mínimo y, por el otro, una coyuntura de riesgo, en la que se agravan las consecuencias de la crisis. Para 2021, prevé que el PIB español se recupere con una variación positiva de hasta el 4,4% en el mejor de los casos o que disminuya un 0,1% en el peor. El desempleo se situaría en una tasa de entre el 16,5% y el 21%.
Por todo ello, los expertos creen que la activación de medidas estabilizadoras en España tendrá “un impacto colosal” sobre las cuentas públicas, no solo por el gasto corriente necesario sino por la reducción en los ingresos que se derivan de la actividad económica. Conforme a sus cálculos la deuda superará a finales de 2021 el 115% del PIB, aunque aprecia “cierto margen” gracias a los bajos tipos de interés y a la política de balance del Banco Central Europeo (BCE).
Además, los datos provisionales del informe reflejan que la demanda interna caerá entre un 4,7% y un 9,3% en 2020, mientras que la del exterior bajará entre un 0,9% y un 1,4%. Con respecto al déficit, se estima que se sitúe entre un -6,4% y un -8,8%.
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