El Gobierno remitirá este jueves a Bruselas el Programa de Estabilidad 2020-2023, junto al Plan Nacional de Reformas, e incluirá la actualización del cuadro macroeconómico con una importante revisión de las previsiones por el impacto de la crisis sanitaria del Covid-19, así como las medidas proyectadas por el Ejecutivo para paliar los efectos de la crisis a unos días del inicio de la desescalada del confinamiento.
El nuevo Programa de Estabilidad, que se debe remitir a Bruselas como tarde este 30 de abril, incluirá la actualización de las previsiones macroeconómicas y el escenario fiscal a medio plazo, recogiendo por primera vez el impacto de la crisis del Covid-19, junto a la agenda de reformas y las medidas presupuestarias aprobadas y previstas a corto plazo por el Ejecutivo.
La vicepresidenta tercera de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ya señalaron que conforme se acercase la fecha de su remisión se estaría en disposición de hacer una primera previsión «tentativa» del posible impacto de la crisis sanitaria y del confinamiento derivado del estado de alarma en las cifras macroeconómicas de la economía española, ya que las actuales previsiones han quedado «totalmente desfasadas».
En concreto, tras crecer España un 2% en 2019, por encima de la media de la zona euro, el Gobierno rebajó en febrero su previsión de crecimiento para este año al 1,6% y elevó su estimación de tasa de paro al l3,6% en el cuadro macro que acompañaba el ya descartado proyecto presupuestario de este año. Para el resto de ejercicios auguraba un avance del PIB del 1,5% en 2021, el 1,6% en 2022 y el 1,7% en 2023, con unas tasas de paro del 13%, el 12,6% y el 12,3%, respectivamente.
Además, calculaba que el déficit cerraría este año en el 1,8%, para bajar al 1,5% en 2021, al 1,2% en 2022 y al 0,9% en 2023, en paralelo a una reducción de la ratio de deuda pública sobre PIB, que disminuiría al 96,6% del PIB este año y seguiría cayendo hasta el 93,4%, el 91,7% y el 89,8% los tres siguientes ejercicios.
Sin embargo, Calviño y Montero han admitido que estas previsiones han quedado «totalmente desfasadas» debido al impacto de la academia y las medidas de confinamiento y restricción de la actividad laboral, por lo que las nuevas previsiones recogerán una caída del PIB este año y un notable aumento del déficit y la deuda como consecuencia de la caída de la recaudación y el aumento de los gastos derivado de las medidas para paliar los efectos de la crisis.
Desde el Gobierno han señalado no obstante que las previsiones serán prudentes dada la elevada incertidumbre sobre la duración de la crisis sanitaria y por consiguiente del estado de alarma, que se volverá a prorrogar una vez venza el actual el 9 de mayo y el proceso de desescalada del confinamiento, cuyo plan presentó Pedro Sánchez el martes y que se producirá en cuatro fases de forma «asimétrica» por provincias y se alargará al menos hasta finales de junio hasta llegar a la «nueva normalidad».
En cualquier caso, todos los organismos y centros de estudios nacionales e internacionales han pronosticado caídas históricas de la economía española como consecuencia del Covid-19, mayores incluso que las registradas durante la crisis de 2008.
El Banco de España cuantifica la caída del PIB este año entre el 6,6% y el 13,6%, en tanto que el FMI y el BBVA la cifran en un 8% y Funcas en un 7%, aunque para el próximo año prevén crecimientos: Banco de España entre el 5,5% y el 8,5%, FMI un 4,3%, BBVA un 5,7% y Funcas un avance del 5,4%. En cuanto al paro, el consenso de los organismos apunta a una destrucción de alrededor de 900.000 puestos de trabajo, sin contar los ERTE, con una tasa de paro de entre al 18,8% y el 20,8%.
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