El Consejo de Ministros ha aprobado la Estrategia Española de Economía Circular (EEEC), con la que se quiere pasar de una economía lineal a una circular de aquí a 2030, así como el anteproyecto de ley de residuos que prevé hacer obligatoria la recogida separada de nuevos flujos de residuos y que, entre otras medidas, prohíbe los plásticos de un solo uso a partir de julio de 2021.
Durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la ministra portavoz María Jesús Montero, ha destacado que es voluntad de la Unión Europea y de España «impulsar una auténtica revolución verde de cara a la reconstrucción de la pandemia», mediante la reorientación del modelo de crecimiento para ser un país más competitivo y eficiente pero también «más responsable» con el planeta y con las generaciones futuras.
Por su parte, la vicepresidenta cuarta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera ha indicado que este es un momento «oportuno» en el que se inicia el debate sobre la reactivación, la reconducción de la economía, el empleo y la actividad. Ribera ha anunciado un impuesto indirecto sobre recipientes plásticos monouso —a razón de 0,45 euros por cada kilogramo de envase— con el que prevé recaudar unos 724 millones de euros.
De acuerdo con la EEEC, denominada ‘Estrategia España 2030’, se busca superar la economía lineal e impulsar un nuevo modelo de producción y consumo en el que el valor de productos, materiales y recursos se mantengan en la economía durante el mayor tiempo posible, así como minimizar la generación de residuos.
Ribera ha añadido que junto a la estrategia, el Ejecutivo ha estudiado y aprobado el anteproyecto de Ley de residuos y suelos contaminados que afecta a los plásticos de un solo uso y a los microplásticos así como un real decreto que mejorará la trazabilidad y el control de los traslados de residuos, para someterlo a consulta pública. Ribera ha explicado que los envases de plástico de un sólo uso se gravarán fiscalmente. El tipo impositivo del nuevo impuesto indirecto será de 0,45 euros por kilogramo de envase, una medida con la que se estima una recaudación de cerca de 724 millones de euros.
Esta nueva normativa tendrá objetivos que afectarán a la vida cotidiana como que bares y restaurantes estén obligados a dar agua de grifo gratis a los clientes que la pidan, se prohíba la venta de artículos de plástico de un solo uso (como platos, cubiertos y pajitas) desde julio de 2021, y los comerciantes cobren por vasos y envases de comida de plástico a partir de 2023.
Ese marco normativo está formado por un anteproyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados (que iniciará su tramitación antes de que el Consejo de Ministros lo apruebe definitivamente en una segunda lectura y lo remita al Congreso de los Diputados), la Estrategia Española de Economía Circular ‘España Circular 2030’ y un real decreto que mejora la trazabilidad y el control de los traslados de residuos. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico quiere utilizar esas iniciativas como palanca para la recuperación económica tras la crisis sanitaria del Covid-19.
La Estrategia Española de Economía Circular tiene como objetivos para 2030 reducir en un 30% el consumo nacional de materiales en relación con el PIB (con 2010 como año de referencia), disminuir un 15% la generación de residuos respecto a 2010, que los residuos de alimentos bajen un 50% per cápita en el hogar y el consumo minorista y un 20% en las cadenas de producción y suministro a partir de 2020, reutilizar un 10% de los residuos municipales y mejorar un 10% la eficiencia en el uso del agua.
El grueso de las medidas que afectarán de cerca a los ciudadanos está en el anteproyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados, que recoge por primera vez en la legislación española limitaciones a los plásticos de un solo uso, restringiendo la introducción en el mercado de algunos de ellos y fijando objetivos para su reducción.
Por ejemplo, a partir del 1 de enero de 2023 quedará prohibida la distribución gratuita de vasos para bebidas (incluidos sus tapas y tapones) y los recipientes para alimentos, como cajas (con o sin tapa) utilizados para alimentos de consumo inmediato, en el establecimiento donde se piden o para llevar, y que normalmente se consumen en el propio recipiente o están listos para tomar sin que después se cocinen, hiervan o calienten, como son los empleados para comida rápida u otros alimentos para tomar inmediatamente.
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