Las ministras de Economía y Empresa, Nadia Calviño, y de Hacienda, María Jesús Montero, trabajan para tratar de reducir «lo más posible» un déficit que con el rechazo de los Presupuestos Generales del Estado se irá al 2,2-2,4% frente al 1,3% al que aspiraba el Gobierno, por convicción y para ganar colchón por si la economía no crece en el futuro tanto.
Así lo explicó Calviño en una entrevista: «Estamos viendo, la ministra de Hacienda y yo, si podemos ir un poquito más allá y reducirlo lo más posible porque todo lo que podamos ganar en eficiencia, ahora que la economía crece, pues es un espacio, un margen de actuación que tenemos si en el futuro la economía crece un poco menos».
Precisamente en los últimos días la OCDE y el BCE han reducido de forma significativa la previsión de crecimiento para la eurozona, y el comisario europeo de Presupuestos y Recursos Humanos, Günter Oettinger, advirtió en un reciente encuentro informativo en Madrid de los muchos riesgos que rodean a Europa.
Calviño explicó que el simple rechazo de los Presupuestos llevará de forma «automática» el déficit muy por encima del objetivo del Gobierno al no poder articularse las medidas adicionales contenidas en el proyecto para mejorar la capacidad recaudatoria, como era la subida de algunos impuestos y creación de nuevas figuras tributarias. «Lo que sí puedo transmitir con claridad es nuestro compromiso de que sea el menos posible», insistió.
Al ser cuestionada sobre las críticas de la oposición acerca del incumplimiento del déficit y de abusar de decretos para articular medidas sociales, Calviño las calificó de «enorme cinismo», ya que el proyecto de Presupuestos se había elaborado con el objetivo de déficit «aprobado por el PP y que había apoyado Ciudadanos, del 1,3%, y no nos dejaron ni tramitarlo». «Ese tipo de alegaciones como ‘éste es un Gobierno que gasta’, francamente no se corresponde, en absoluto, con la realidad de lo que hemos venido haciendo en estos nueve meses, como tantas otras cosas que se dicen en el ámbito económico que no sé si son postverdades o pura ignorancia», afirmó.
«Nos comprometimos a cerrar el 2018 con un déficit del 2,7% del PIB y hemos logrado salir del procedimiento de déficit excesivo que marcan las normas comunitarias, así que cambia el estatus de España y ya no somos el farolillo rojo. Este año nuestra ambición hubiera sido reducir el déficit aún más, con más intensidad», insistió.
Para ajustar al máximo dicha tasa detalló que el Gobierno, aunque no contará con los ingresos de los nuevos impuestos previstos, aprobó en diciembre medidas como la subida de las pensiones, de las cotizaciones sociales, del sueldo de los funcionarios y del salario mínimo interprofesional, que aumentan también los ingresos de la Seguridad Social. «Hay ahí un cierto margen para, si se considera que es imprescindible y urgente, aprobar determinadas medidas sociales», avanzó. Otra de las palancas donde indicó que buscará hacer hucha es ahorrando «todo lo posible» en costes financieros con la menor emisión que se pueda de deuda pública.
«El año pasado logramos reducir nuestras emisiones de deuda en 5.700 millones, eso nos ha permitido ahorrarnos 1.500 millones de euros de intereses de la deuda pública, un dinero que podemos utilizar para otras cosas, para políticas sociales que son mucho más importantes en nuestro país, y este año vamos a tener la misma aproximación: una gestión muy eficiente de la tesorería e intentando ahorrar todo lo posible para que vayamos reduciendo lo más rápido posible deuda», afirmó.
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